La
administración criminal de la información y la ignorancia controlada por la
lógica farandulera del espectáculo y el estímulo de lo más básico, tiene
responsables directos. Sería bueno situar también a quienes promueven un clima
que se vende demasiado barato y bien como producto de exportación.
Ucrania,
Egipto, Chile, el mismo pasado inmediato en Venezuela. La aparente “libertad
informativa” de internet no excluye una intoxicación avasallante en las redes
sociales.
A
tres recursos corresponde el grado de eficacia:
1) la ignorancia de un público cautivo que dé por sentado la veracidad inmediata de las fuentes y de la imagen en sí,
2) la condición “efímera” de la circulación informativa en especial en redes sociales: su golpe es inmediato y se esfuerza por no dar lugar a ninguna capacidad reflexiva o de contraste que cuestione a una imagen en particular,
3) la sumisión a una lógica del espectáculo que de la misma forma que intoxica por la vía de las redes lo hace a través del resto de la plataforma mediática (prensa, televisión) que suprima todo contexto a una fotografía o video en particular.
A
ello se debe que la eficacia inmediatista de imponer una sola narrativa
interesada y excluyente a los acontecimientos que vienen desarrollándose en la
Venezuela Bolivariana haya sido relativa: Lo que en el argot del mercadeo
informativo llaman “consumidor de noticias” venezolano cuenta con una
experiencia acumulada y científicamente certificada.
Es
consustancial a los nuevos tiempos que un sector respetable de la población no
caiga a la primera en estos asedios inmediatos y logre procesar y cuestionar lo
que algunos pretenden vender como “información”. Quince años de experiencia lo
certifican.
Pero
así como aquí existen herramientas y capacidad para desmantelar esta clase de
agresiones psicológicas, una suerte de cayapa [gregarismo] mediática –por
encima de la habitual-, de ninguna manera se puede afirmar que el efecto se
está contrarrestando a lo externo, desde la percepción internacional.
El
acuerdo mutuo y medio implícito de los medios de comunicación internacionales
sumados a la agenda golpista, mantienen la tensión para elaborar la imagen de
una Venezuela repotenciadamente caotizada, retratando en términos simples y
elementales el conflicto en desarrollo (el gobierno totalitario y despótico
contra la pureza estudiantil), mientras ocultan olímpicamente los factores
silenciosos que se mueven actualmente a la sombra y al servicio de los
intereses de siempre.
Este
relato impuesto lo nutre centralmente esa clase de falsificaciones, la agresión
simbólica y psicológica, la supuesta opulencia informática que en su velocidad
y cantidad de producción genera aturdimiento, porque el signo de estos
conflictos es que así haya en apariencia demasiada información no se tiene nada
claro.
La
supresión de alguna referencia que concrete de cuándo es una foto, o dejar
boletamente (de forma indiscreta) símbolos obsoletos, como las imágenes que
circulan con los de la PM en 2009, componen una suma cuyo propósito central
puertas afuera es acentuar la narrativa, mientras que puertas adentro, además
de desinformar, es en sí misma una táctica dilatoria, la maniobra de
distracción hacia los puntos neurálgicos de la conspiración y los grupos de
choque.
Recopilar
las imágenes que ya han sido desmontadas y que también circulan en las redes
funciona como ejercicio para detectar más fotos en el mar de leva de las redes
sociales. La administración criminal de la información y la ignorancia
controlada por la lógica frandulera del espectáculo y el estímulo de lo más
básico tienen autores, promotores, responsables directos. Así como aquí
reunimos ejemplos de desmontajes, bueno sería que nos pongamos a situar a los
que promueven un clima que no moviliza, pero que se vende demasiado barato y
bien como producto de exportación.
Fuente:
http://misionverdad.com/?p=3833
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